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LAS ÚLTIMAS DSLR’S ESTÁN PERMITIENDO A LOS FOTÓGRAFOS CONVERTIRSE EN CINEASTAS


Por Clive Booth / Traducción y edición por Paz Echaurren. 

Publicado originalmente en http://www.professionalphotographer.co.uk   

Todos escuchamos el término convergencia, pero ¿qué significa para el fotógrafo y pueden efectivamente llamarse “cinematográficas” las imágenes en movimiento capturadas por una cámara DSLR?


Hace menos de dos años si alguien me hubiese dicho que en unos pocos meses estaría grabando comerciales me habría reído abiertamente. No se trataba exactamente de comerciales para televisión, pero, sin embargo, eran para clientes importantes y para ser mostrados en sus sitios web, páginas de Facebook y canales de Youtube, una tendencia en alza para muchas compañías. Todo comenzó cuando Frankie Jim de Canon UK ofreció prestarme la, en ese entonces en pre-producción, EOS 5D MkII en Noviembre de 2008. Ante la posibilidad de realizar fotografías en movimiento me sentí colmado tanto de una sensación de aprehensión como de emoción. Así como la mayoría de los fotógrafos en ese entonces, había visto los increíbles resultados provenientes de Estados Unidos y pensé que me gustaría aventurarme y probar la técnica. La realidad demostró ser muchísimo más fácil de lo que había imaginado. Con la ayuda de edición y añadiendo música, me las arreglé para producir un cortometraje con la colaboración del diseñador de modas Roksanda Ilincic y el Museo V&A.

Han pasado dos años y ya todos sabemos que la 5D MkII ha presentado a las masas una nueva forma de hacer películas. Convergencia parece ser la palabra de moda. Las DSLR incluso están siendo utilizadas en la industria cinematográfica para grabar episodios del drama médico Dr. House, comerciales para televisión e incluso películas. ¿Dónde deja esto a los cineastas y cómo somos vistos nosotros dentro de esta industria? Es más, este asunto incluso plantea la pregunta “¿Qué es esta industria?”.

En este punto me gustaría dejar algo claro; estoy utilizando el término de “cinematografía” porque honestamente no sé de qué otra manera llamarlo. No me refiero a sus características particulares ni a su carácter documental. Son pequeños cortometrajes grabados en el estilo de imágenes fijas en movimiento (moving stills) editados en base a música.

Por muchos meses he estado trabajando con luz continua, ya que es posible que este trabajo a futuro requiera tanto de imágenes fijas como en movimiento. En Enero de este año fotografié una campaña para diarios y revistas de Fiat, con Londres como locación, y fue un gran deleite para el director creativo que le ofreciera tanto imágenes fijas como en movimiento para dicha campaña. Incluso se nos solicitó grabar una secuencia con los créditos finales para los comerciales que se estaban grabando en el piso inferior, “por si acaso”. Esto es, obviamente, algo que sólo es posible con la capacidad de grabación de las DSLR.

En la actualidad estoy haciendo imágenes en movimiento con la 5D MkII y la 1D MkII, e imágenes fijas con la 1Ds III. A 1,920 x 1,080 pixeles incluso es posible hacer capturas de pantalla y publicarlas. Yo mismo he hecho esto a veces, incluyendo las fotografías de Dispatches de la sesión Flirt with Fall para cosméticos MAC NY en 2009. Es controversial pero creo que no estamos lejos de poder disparar 25 cuadros por segundo y de tomar imágenes fijas de cualquiera de esos cuadros con suficiente resolución para publicar a doble página en un diario, revista o libro. Canon ha exhibido recientemente un prototipo de cámara de video de 4K (4,096 x 3,072) que promete ser la potencial competencia de RED. Para tener una idea del tamaño de una de las imágenes fijas de ésta cámara, 72 pixeles por centímetro a 8 bits darían un archivo de 36mb/s. Avancemos a 8K y el tamaño del archivo alcanza casi los 100mb/s. No serán las cámaras precisamente las que retarden esta definición, sino el poder computacional necesario para editar tales imágenes. E incluso considerando lo que indica la Ley de Moore*, es sólo cuestión de tiempo que lo que nos parece ficción se vuelva realidad.

Los puristas entre nosotros pueden horrorizarse y estoy seguro de que habrá desafíos técnicos para llegar a producir imágenes fijas a partir de las imágenes en movimiento. Sin embargo esto ya es una realidad para algunos y está sucediendo a resoluciones muy inferiores. Obviamente esta técnica depende del contenido y muchos, incluyéndome, preferimos un archivo RAW del que obtener hermosas impresiones. Quién sabe, quizás en el futuro podremos disparar a 25, 50 o incluso a 100 fps en RAW y así tendremos control absoluto sobre las imágenes fijas y en movimiento. Esto ciertamente ayudaría a superar las dificultades que surgen de trabajar en ambas disciplinas. Cuando se está filmando se está pensando en las imágenes en movimiento, y cuando se fotografía pensamos en la imagen fija. Hacer ambas bien, al mismo tiempo y en la misma toma, incrementa el esfuerzo, organización, tiempo y, como consecuencia, el presupuesto.

¿Fotógrafos como cineastas? Nos guste o no, es una interrogante que todos, en mayor o menor grado, nos estamos preguntando, dado que ahora nuestras cámaras poseen esta asombrosa capacidad. Personalmente no puedo ver ninguna buena razón para no sumergirse en la técnica, “no lo descartes hasta que lo hayas probado”. También creo que la temprana adopción de este medio podría traer ciertas ventajas antes de que el mercado masivo se apodere del nicho, como inevitablemente sucederá. Recientemente he trabajado con Nick Knight y Miles Aldrige usando el vídeo con cámaras DSLR. No necesitas ser el más grandioso fotógrafo de modas para adoptar esta tecnología. Muchos fotógrafos de moda están haciendo videos y estoy seguro de que lo mismo sucederá con alimentos, autos e incluso paisajes; algo que he experimentado recientemente y que he llegado a amar por completo. No estoy diciendo que esto sucederá de la noche a la mañana, pero puede suceder rápidamente. La capacidad técnica es solo el comienzo. Debemos educarnos en el arte cinematográfico, aprendiendo de otros y estando preparados para cometer errores.

Así es que puedo contar con el equipamiento, un equipo de asistentes y el experimentado editor. En total puedo realizar un cortometraje con un total de seis personas, que pueden ser reducidas a tres o incluso dos, incluyéndome. Esto puede sonar simplista o ingenuo, pero debo aclarar que depende del proyecto. Baso esta afirmación en mi proyecto más reciente: dos comerciales para perfume y cosméticos, ambos de grandes marcas internacionales, trabajando con directores creativos, directores de cine y productores que han abrazado esta nueva forma de filmar.

Curiosamente, la mayoría de mis proyectos cinematográficos por encargo han provenido de clientes que han visto mis proyectos personales y han seguido, con interés, mi adopción y adaptación de la imagen en movimiento. Algunos clientes ahora sólo me encargan filmar piezas, haciendo énfasis en un mayor grado de experimentación. Si esta no es razón suficiente para tomar nuestras DLSRs e intentarlo, entonces no sé qué es. No estoy diciendo que solamente me dedicaré a filmar piezas, ya que amo la fotografía y siempre sentiré pasión por la “captura del momento”. Pero si lo miramos exclusivamente en un contexto comercial, son nuestros clientes los que encabezan esta evolución, ya que son precisamente ellos quienes abrazan la posibilidad de hacer más por menos para mostrárselo a un siempre hambriento mercado, consumiendo nuestra línea de salida, a nivel global, 24 horas, 7 días a la semana, los 365 días del año. Hace poco un cliente me dijo que la investigación de mercado sugiere que su futuro es la imagen en movimiento. Nunca sabré si hubiesen seguido trabajando conmigo de mantenerme trabajando con imágenes fijas exclusivamente, pero realmente es un riesgo que prefiero no correr.

Esta tendencia puede generar pánico en ciertas áreas de la industria cinematográfica. No es inusual que una producción cuente con un equipo de 60 o más personas al mismo tiempo en el set. Para cineastas y fotógrafos principiantes ésta podría ser una de las mayores oportunidades y uno de los mayores desafíos. A diferencia de la industria fotográfica, en la sindicalizada y jerarquizada industria cinematográfica nos enfrentamos a ser etiquetados, ya que pareciera que en este negocio cada uno tiene un título. Soy afortunado de tener un agente que pelea estas batallas por mí, pero parece que dichas batallas deben ser peleadas, con agente o sin él. “Clive será el DF” (director de fotografía). Esto puede sonar genial, y es mi trabajo proveer un material con su propia identidad visual. Pero esta es la dificultad: si el equipo consta de sólo tres personas, entonces también debo cumplir el rol de co-director, operador de cámara, encargado del enfoque, y la lista de funciones continúa. El punto es que el título de Director de Fotografía conlleva una tarifa diaria que en muchos casos ni siquiera se acerca a mi tarifa como fotógrafo.

Entonces, ¿Cómo lidiamos con esto?; para mí “Clive es un fotógrafo que también hace cortometrajes” y eso es suficiente para la mayoría de las pequeñas producciones. Si la escala aumenta, entonces es necesario cumplir con las reglas de la industria cinematográfica. Idealmente quisiera hacer mis propios cortometrajes y mandar al infierno las complicaciones. Utilizar fotógrafos para hacer cortometrajes tiene muchas ventajas y las agencias publicitarias están entre las primeras en ver este potencial.

Fotógrafos, directores creativos y sus clientes ahora pueden tomar el control de las tomas sin enormes equipos de personas y aun así producir resultados excepcionales a una fracción del costo previo a la llegada del video de las DSLR. Incluso podemos argumentar que esta simplificación nos dará la libertad creativa para experimentar en formas que antes simplemente no habrían sido posibles. Libres de estas restricciones, el hacer cortometrajes podría estar pasando por una revolución que trae consigo producciones de alta calidad al público que muestra su trabajo a audiencias globales mediante blogs, Youtube y Vimeo. Si no ha sucedido ya, es solo cuestión de tiempo antes de que un director de cine importante sea descubierto a partir de esta explosión.

Nos guste o no, nuestra profesión se encuentra en el medio de cambios. Como diseñador gráfico vi la llegada de la publicación y diseño de documentos volverse asequible a las masas. Como fotógrafo vi el nacimiento de las DSLR y la fotografía cambió para siempre. Ahora es video DSLR está haciendo lo mismo por la producción cinematográfica. Hoy es posible para cualquiera de nosotros filmar y editar nuestras propias piezas a una calidad que, incluso hace dos años, era sencillamente inimaginable. Entonces ¿cuál es próximo paso? Para mí varía casi a diario. Intento no tomar esto como otro elemento tensionante, sino ver las enormes oportunidades que presenta. “Abrazo lo nuevo” y ahora me encuentro explorando el 3D, los intervalos de tiempo, los lentes tilt-shift, fotogramas a alta velocidad y nuevas técnicas de iluminación: cualquier cosa que me parezca interesante y que me permita hacer fotografías que sean más desafiantes. Nada más lejos de mi propósito que decirle a otros fotógrafos cómo llevar sus carreras y negocios, pero si se me permitiera dar mi opinión, ésta sería “aprovecha las oportunidades profesionales del video DSLR o ignóralo bajo tu propio riesgo!”.

*La Ley de Moore describe una observación de Gordon Moore, co-fundador de Intel, que determina que el número de transistores que pueden ser dispuestos en un circuito integrado a bajo costo, se ha duplicado aproximadamente cada 18 a 24 meses.

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